martes, 9 de agosto de 2011

Decimocuarta.

Para mucha gente es algo efímero, sin apenas significado. Para otros es lo mas importante de su vida. Algunas personas consideran aquello como una simple vanalidad, como algo superfluo que puede surgir o no pero que al final acaba careciendo de significado. Yo preferiría pensar que lo es, que no importa, que es como un cubo de rubic o como un puzzle. Lo resuelves y lo dejas aparcado en un rincon del viejo trastero, acumulando polvo por los siglos de los siglos.
Pero se que no es asi, yo lo vivo, lo respiro, lo siento. Sale por cada uno de mis poros inundando mi cuarto, mi casa, mi mundo y ahogandome. Hacíendo que cada minuto crezca, se expanda, y evolucione hasta que dejo de comprenderlo. Y entonces me dejo llevar, y tan solo siento, pero no pienso. Me quedo en Standby esperando a que suceda ese puto milagro que reviva lo que fué asesinado, y que vuelva a ser todo brillante y de colores, como una pelicula sobre los 60 o las mañanas a su lado.
Esas mañanas en las que el café huele mejor, la ducha te sienta fenomenal, y sea la hora que sea te sale, me sale, una sonrisa de complicidad. Por lo vivido, por lo que quiero vivir.

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