sábado, 29 de diciembre de 2012

No.

No quiero ser pefecta. Ni siquiera deseo tener razón. Toda esta marabunta de gente, de sensaciones, de sentimientos, de olores, de momentos, de palabras, de frases, de cosas que no se deberían decir; me maréa. Todo este mundo me da asco. Y aunque hay cosas por las que merece la pena luchar, todo en el fondo siempre está sucio, gris, amarillento. Con ese velo que el tiempo deja sobre nosotros, esa piel invisible que nos marca cada día, cada segúndo, y de la que nadie puede escapar. 
La vida es un asco, deberías acostumbrarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario