martes, 20 de septiembre de 2011

Quincuagésima.


Me asombra la cantidad de luz que puede entrar por una ventana tan pequeña. No tiene sentido.
Ayer estaba pesando en la maravillosidad. Si, así escrito. De todo esto. En lo dulce. En lo Místico. En cada uno de los pequeños pasos. 
Hoy prefiero no pensar.
Dejar que la barca sea mecida por las olas en este mar en tempestad que nadie sabe a donde puede llevar.
Así es la vida dicen. Yo digo que no. Que así as la vida individual, de algunos. No de todos. Otros toman las riendas. Otros lo dejan todo al destino. Otros a dios o a los infiernos. Yo prefiero alternar la comodidad de dejarse mecer por la mar y el crear terremotos con palabras.
Y así pasan las horas.. 

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